Una mirada crítica a 'Rondo' de Miguel Garnett (segunda edición)



    En el año 1988, casi nadie presagiaba la tragedia que vendría después. La crisis económica, los problemas políticos y el terrorismo estuvieron presente. En Perú la situación no era muy distinta a la del resto del planeta, pues la crisis política y social perjudicaba cada vez más la economía de los hogares peruanos. En este escenario, en la ciudad de Cajamarca, Miguel Garnett Johnson estaba terminando de escribir la segunda edición de su primera novela; este hombre, escritor cajamarquino, veía con entusiasmo los mediados de año del 1992, pues para esas fechas ya estaría presentando su obra de ficción. Gracias a las experiencias que vivió durante esos años, Miguel Garnett pudo ampliar el contenido de su primera obra, mejorando así el libro para volverlo más acorde a las nuevas realidades.

    En su obra Rondo, Miguel Garnett hace mención sobre cómo es la cosmovisión de los lugareños en la tierra a la que pertenece Rondo. Para ello usará un ejemplo con el cual gran parte del mismo paradigma quedará ejemplificado. En ello, la escena de la festividad de la calle Dos de Mayo en Santa María de Condorcocha describe:

Esta calle, como las demás calles de Santa María de Condorcocha, dormía tranquilamente bajo los rayos del sol andino…
Llegaron los mercachifles y llenaron la calle con sus toldos y sus propagandas…
La mercadería de muchos ahora estaba amontonada sobre grandes plásticos tendidos en el suelo… ollas, servicios de cocina, ropa de toda especie, juguetes y joyas de fantasía. (Garnett, 1992, p 22)

En esta calle que yacía tranquila, el encanto se desvanece cuando los mercachifles irrumpen y se adueñan del espacio con sus toldos y propagandas estridentes. La paz se ve abruptamente interrumpida por una marea de mercadería amontonada sobre plásticos en el suelo, donde objetos de todo tipo, desde ollas hasta joyas de fantasía, se entremezclan en un desorden caótico. La escena se convierte en un laberinto sensorial de colores brillantes y ruidos ensordecedores, donde la autenticidad cede ante la vorágine de la venta y el consumo. Es una realidad que pinta un cuadro desalentador de cómo la tranquilidad y la belleza se sacrifican ante los imperativos comerciales, transformando una vez apacible calle en un escenario donde la avaricia y el desorden luchan por el protagonismo. En el clima que se acentúa en la escena se escucha:

¡Buena tela, señora, buena tela! tóquela usted y verá que no hay mejor.
¡Pan de yema, bizcochos, queques, ricos quesillos!
¡Panes, panes!
¡La mejor ropa, señores! ¡Ropa de última moda!
"La rosa blanca tiene su maña y sus espinas me hacen llorar; así lo mismo mi gran cholita…”
(Garnett, 1992, p 22)

Se hace hincapié en la competencia y en la intensidad de los vendedores al promocionar sus mercancías, resaltando la necesidad de ganarse la vida y buscar clientes en un entorno competitivo. A pesar de la animación y el colorido de la escena, se muestra un aspecto más asocial y comercial de la festividad, en contraste con la tranquila, calma inicial de la calle. Con respecto al fragmento seleccionado, donde la agitación comercial no solo trae consigo el bullicio y la efervescencia de un mercado temporal, sino también una preocupante transformación cultural. Sin embargo, se plantea la preocupación sobre cómo esta agitación comercial podría impactar la preservación de la cultura local y tradiciones auténticas, mientras que los versos poéticos y la mención de la "cholita" añaden una dimensión lírica y cultural a la narrativa, incitando a reflexionar sobre su significado en el contexto festivo y la gestión de la comercialización y las tradiciones locales. Por ello, la respuesta radica en la capacidad de nuestra comunidad para gestionar esta compleja interacción y encontrar el equilibrio necesario entre la prosperidad económica y la salvaguardia de nuestras tradiciones más auténticas.

    En este otro fragmento Miguel Garnett presenta las sensaciones del personaje de Rondo por medio de la música y que es lo que siente interna y externamente. A continuación, en la narración veremos cómo el autor utiliza la descripción detallada de colores y sensaciones visuales que quiere presentar en Rondo:

La visión que se le presentó a Rondo fue un flujo de colores brillantes. Sobre un fondo de azul cobalto una naranja daba vueltas. Más abajo había unos brochazos de verde, amarillo y rojo, confundiéndose y separándose en forma caprichosa. Luego unos cuadritos blancos emergieron y con ellos una sonrisa “seráfica” se extendió por la cara del hombre. Rondo emitió un suspiro profundo y se compuso para gozar del baile de los colores hasta que poco a poco el ritmo se fue calmando y el huayno alegre se redujo al golpe de un bombo en su cabeza. (Garnett, 1992, p 15)

En este fragmento se utiliza la descripción detallada de colores y sensaciones visuales para crear una experiencia vívida para los lectores, dejando espacio para la interpretación y la reflexión sobre la naturaleza de la experiencia de Rondo. La representación del flujo de colores por parte del narrador es visualmente sugestiva, proporcionando una imagen elaborada que trasciende la mera descripción cromática. En el fragmento podemos ver cómo el autor muestra un ejemplo de cómo algunas personas se sienten interna y externamente en fiestas o en reuniones (dependiendo del lugar) en donde se pueden escuchar cualquier género de música ya sea con ritmos rápidos, lentos, calmados, fuertes, entre otros. Mostrando y viendo las sensaciones que se presentan en el hombre viendo palabras como “seráfica” representando el estado del personaje con relación a la música según su ritmo, de esta manera se sumerge en la experiencia visual y emocional de Rondo durante un huayno alegre. Se puede saber en el fragmento que uno siempre muestra emociones por dentro o por fuera dependiendo de la atmósfera de la música. Aun cuando se trata de un relato de ficción, nace de la compleja dinámica social. En este sentido, valdría preguntarse cómo podríamos ser conscientes de nosotros mismos si otras personas solo disfrutan del momento, siendo importante reflexionar para que nuestro cuerpo se mantenga saludable física y mentalmente.

    Continuando con la línea narrativa, que cada vez se oscurece más y más, ahora le sigue al lector encontrarse frente al personaje de Miguel Angel, el cual, a pesar de llevar una vida acomodada, se hallará así mismo preocupado y sumamente infeliz. Aquí Miguel Garnett desea ahondar un poco en los paradigmas que envuelve a un tipo de persona en particular, la “clase alta privilegiada” (por llamarlos de alguna manera). Y la narración nos mostrará varias particularidades que se irán desglosando a continuación.

Las vueltas que daba la cabeza de Miguel Angel Portal no tenían nada de la gracia que el mundo bailarín había prodigado a Rondo. Giros grises y negros se alternaban y se negaban a desaparecer aún cuando el joven, tirado todavía en la cama, volvió a tratar de dormir. Pensaba: saberse vacío y sin rumbo a los diecinueve años es bien jodido. Sentía un gusto a cenizas en la boca. Así se despertaba todas las mañanas, con la sensación pesada que la vida no tenía sentido y que él era un ser totalmente alienado; alienado del mundo a su alrededor y de sí mismo. Se estiró en la cama quejosa, en la casona de sus abuelos en la calle Dos de Mayo del pueblo de Condorcocha y, después de prender un cigarrillo se echó las manos detrás de la cabeza y miró el manchado cielorraso de tela. (Garnett, 1992, p 19)

Aquí, el escritor desea presentar la vida del protagonista de esta parte de la historia por medio de la descripción de los primeros minutos de la mañana que este mismo vive. Recordando, mañana del campesino es presentada de una forma tal que le deja claro al autor que él vive la auténtica felicidad a pesar de su pobreza y circunstancias de adversidad. Sin embargo, la euforia del alegre despertar del humilde hombre ahora es contrastada con el penoso, y casi lúgubre, amanecer del joven estudiante. 

Durante un largo tiempo la observó con una mezcla de curiosidad y envidia. ¿Quiénes eran estas personas que subían y bajaban, todas ocupadas en hacer compras o mirar los puestos en un ambiente bullicioso? Mientras Miguel Angel observaba, notó al hombrecillo al lado de un tipo vaquero que se abría paso a codazos y ajos entre la muchedumbre. El joven casi no saludaba a nadie, pero el indio tenía una sonrisa para todo el mundo. Daba la impresión que no había persona en la calle que no fuera su amigo. Luego, lanzando una ojeada hacia arriba, el hombrecillo proporcionó una sonrisa aún más amplia a Miguel Angel quien se encontró sorprendido de haberle contestado con una igual. El joven capitalino se sintió afectado y se preguntó qué había en aquel hombre que pronto había desaparecido entre la muchedumbre. El calor de la escena se le iba comunicando y sintió unas ganas profundas de agarrar sus pinturas y un lienzo para plasmar un cuadro. (Garnett, 1992, p 21)

La triste y contagiosa visión del estudiante cambian por completo y parecen tornarse en felicidad tras la simple sonrisa de un extraño, pero aparentemente feliz, viejo campesino.  "Se trata de alguien que aprendió a ser feliz" podría ser el pensamiento común ante esta escena, "tan feliz que puede contagiar a los demás". Mas, uniendo todos los párrafos, se puede apreciar que Miguel Garnett nos desea dar algo más. Notar que mientras más pobre y miserable la vida de una persona, irónicamente, más feliz es como el autor los presenta (caso de Rondo). Por otro lado, mientras más ricos y acomodados, más frustrados e infelices son mostrados (caso del oficial y Miguel Angel). Pareciera que, para el autor, quien desea la felicidad debe procurar una vida humilde y simple, lejos de toda riqueza o estatus social. Pensamientos realmente horribles: desear que después de tantos años de sufrimiento por salir de la pobreza, se pretenda que la humanidad vuelva a aquel estado de miseria del que tanto le costó escapar, y que los pobres sigan siendo pobres creyendo que, al menos, son felices.


Referencias:
Garnett, M. (1992). Rondo. Un relato andino. Lluvia Editores.

Comentarios

  1. Es una novela muy importante e interesante, dado que privilegia en ella la crítica social

    ResponderEliminar
  2. En los fragmentos de la obra de Miguel Garnett Johnson, se contrasta la aparente felicidad de los personajes humildes con la insatisfacción de los privilegiados. El autor utiliza elementos visuales y emocionales para sumergir al lector en la experiencia de los personajes, planteando preguntas sobre la naturaleza de la felicidad y la riqueza material. Se reflexiona sobre la posibilidad de que la felicidad esté ligada a una vida más simple, generando cuestionamientos sobre la desigualdad social y el significado de la riqueza.

    ResponderEliminar
  3. Personalmete me agradó el libro, la forma en que Mighel G presenta los personajes, escenarios, escenas... todo tan familiar, como si lo viviera día a día... El padre es un buen ejemplo de escritor

    ResponderEliminar
  4. En lo personal me gustó el libro porque me hace conocer como es vivir el mundo andino, me hace sentir como si yo fuera parte de él, cómo si yo viviera dentro de la historia que relata, sin duda recomendaré a más gente a qué lea este libro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario